Somos la generación que no quiere relaciones



Queremos una segunda taza de café para las fotos que subimos a Instagram los domingos por la mañana, otro par de zapatos en nuestras fotos artísticas de pies. Queremos poner en Facebook que tenemos una relación para que todo el mundo pueda darle a "me gusta" y poner un comentario, queremos una publicación digna del hashtag #parejaperfecta. Queremos tener a alguien con quien ir de brunch los domingos, con quien quejarnos los lunes, con quien comer pizza los martes y que nos desee buenos días los miércoles. Queremos llevar acompañante a las bodas a las que nos inviten (¿Cómo lo habrán hecho? ¿Cómo habrán conseguido un felices para siempre?). Pero somos de la generación que no quiere relaciones.

Buceamos por Tinder en un intento de encontrar a la persona adecuada. Como si tratáramos de hacer un pedido a domicilio de nuestra alma gemela. Leemos artículos como Cinco maneras de saber que le gustas o Siete formas de gustarle, con la esperanza de ser capaces de moldear a una persona para tener una relación con ella, como si de un proyecto de artesanía que hemos visto en Pinterest se tratase. Invertimos más tiempo en nuestros perfiles de Tinder que en nuestra personalidad. Y aun así no queremos tener una relación.

Galletas de avena y zanahoria

¡Hola amigos!
Vuelvo con una receta muy dulce y saludable. Estas galletas son ideales para darnos un caprichito, y quedar saciadas. Además es una forma original de introducir la zanahoria a los más peques de la casa, sin que se den cuenta. 
Es una receta sencilla, con pocos ingredientes, donde la estrella es la avena. Puedes consultar las propiedades de alguno de ellos en la Receta de galletas de avena, naranja y cacao. 
¡Coge papel y lápiz y apunta!
¡No te pierdas el resultado!

Al pie de la letra

¡Hola amigos!
Hoy voy a compartir con vosotros un texto que he leído recientemente, y que me ha fascinado. Lo he extraído del Blog: Al pie de la letra. Os recomiendo que le deis clic a la imagen  que encontraréis a continuación para descubrir más relatos preciosos. 


TE ESPERABA

Pasan los días y él sigue creyendo que está en algún lugar; queriendo ser encontrada. Sabiendo que se pertenecen sin saberlo. Que la quiere sin quererlo. Y así pasan los días. Escribiendo en esa silla abandonada, en ese camarote desvalijado, de ese barco naufragado, en un mar huérfano. Escribiendo en pedazos de papel. Desesperado. No hay remitente, no tienen nombre. Pero esas cartas le pertenecen a ella. Hojas en blanco donde le cuenta sus miedos, sus triunfos, sus mayores secretos. Solo a ella. Le cuenta que como marinero ha perdido el rumbo y está perdido. Que su vida es un desequilibrio. Solo a ella. Que hace tiempo que nadie le espera en ningún puerto. Que ha perdido la cuenta de tantas pesadillas, por desear y no tener, de no tener y no querer desear. En esas cartas se lo cuenta todo. Día a día. Solo a ella. Y así cuando consiga encontrarla, pondrá en sus manos muchas páginas escritas. Su vida. Y le dejará leer. Leerle. Descubrirlo. Y en poco tiempo recuperar el tiempo. Pasado. Y en poco tiempo recorrerá a través de los hilos de tinta por todos los años, instantes que antes de saber de ella ya le había regalado.  
Por eso la espera. Y aunque tarde en llegar, sabe que merecerá la pena. Por toda la pena. Esa pena que le enfría los pies y las ganas cuando le da la gana. Pero él espera. Y cuando la encuentre le dirá que ha tardado en llegar pero que nunca es demasiado tarde. Porqué la dicha es buena. Y espera. Porqué busca un amor sin prisas que no crezca por sus hojas sino desde tierra. 
Y cuando por fin se encuentren, se miraran y se verán desnudos a través de sus ojos.  Fuera despojos.  Y se desvelaran las heridas, las sombras y los temores. Y se desharán de las culpas, las dudas y los errores, prometiéndose una vida sin fantasmas ni soledades. Y unirán sus manos, sus labios y sus cuerpos. Y habrán conquistado el Nuevo Mundo: un mundo nuevo.

Espero que os haya gustado, tanto como a mí.

Un beso,